Descripción
Es lamentable la suerte del trabajador, la situación de la mujer es incluso peor. En la fábrica, en el taller, ella trabaja para un empresario capitalista, en casa lo hace para la familia.
Miles de mujeres venden su fuerza de trabajo al capital; miles de esclavos alquilan su trabajo; miles y cientos de miles sufren el yugo de la familia y la opresión social. A la gran mayoría de las trabajadoras les parece que esto tiene que ser así. Pero ¿es verdad que las mujeres trabajadoras no pueden esperar un futuro mejor y que el destino las ha deparado una vida de trabajo y sólo trabajo sin descanso noche y día?
¡Camaradas trabajadoras! Los compañeros trabajan duro junto a nosotras. Su destino y el nuestro es el mismo.